§ El PSOE siempre ha tenido un serio problema con la libertad de la gente para opinar e incluso –¡gran osadía!– discrepar de sus postulados. ¿Por qué les cuesta tanto aceptar la discrepancia? Sin lugar a dudas, los socialistas se creen en posesión de la verdad absoluta, se creen moralmente superiores a los demás y no pueden aceptar –y ni siquiera comprender– que haya quien se atreva a no aceptar sus posturas.
§ Detrás del polémico nombramiento de González-Sinde como Ministra de Cultura subyace sobre todo este problema: el miedo del PSOE a la libertad y a la discrepancia, a la crítica y al debate. ¡Cómo incomoda a los socialistas la libertad de crítica en Internet! González-Sinde se ha significado por su defensa a ultranza del canon digital y de la restricción a la libertad que debe imperar en Internet. Además de la defensa de intereses de grupo y el pago de favores cejunos al PSOE, lo que subyace en este desafío de Zapatero es el rechazo de los socialistas a todo lo que no puedan controlar y manipular, y saben que Internet no se deja someter a las consignas de nadie, y eso irrita muchísimo a estos pretendidos progresistas, que llevan muy mal la crítica.
§ El nombramiento de González-Sinde como Ministra de Cultura es una provocación, un desafío y un desprecio intolerables a la comunidad internauta que certifica la ruptura del PSOE con todo lo que significa la red, especialmente la libertad.
§ Es de temer que González-Sinde llegue al Gobierno con un programa liberticida que dé un golpe definitivo a la libertad en la red. Si hay que buscar una solución a los conflictos derivados del intercambio gratuito de ficheros, debería haberse hecho desde el diálogo con los internautas, no desde la militancia activa en el lado de la restricción y en la defensa de intereses de parte. Y la única opción decente es la libertad responsable, nunca la imposición restrictiva e interesada que propugna Zapatero.
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