miércoles, 3 de febrero de 2010

EL PSOE PRETENDE DECIR DE QUÉ SE PUEDE HABLAR

Zapatero cree que puede decidir de qué tenemos que hablar y de qué no, y como la tradicional benevolencia penal de los socialistas hace que se sientan incómodos en el debate de la cadena perpetua, aunque sea revisable, pues no quieren que se hable de eso. La consigna es clara y llega a todas las terminales y a todos los portavoces socialistas: no al debate sobre la cadena perpetua. ¿Cómo actúan? Como siempre: descalificando a quien lo plantee (“Valenciano ve «carroñero» que el PP plantee debatir sobre cadena perpetua”, “Zapatero ve oportunista debatir la cadena perpetua “..., etcétera).


Pero resulta que en democracia los ciudadanos plantean los debates que quieren, no los que le interesan a Zapatero. Es decir, le guste o no, la gente tiene derecho a hablar del paro, aunque a él no le venga bien porque tiene a cuatro millones de españoles en las colas del paro. Y lo mismo ocurre con la cadena perpetua, porque existe un clamor social contra casos muy especiales y muy graves de impunidad, reincidencia y ausencia absoluta de arrepentimiento, en delitos terribles que revuelven la conciencia cívica de cualquiera que la tenga.


Desde luego que hay que apostar por la reinserción y por supuesto que hay que dar una oportunidad a quienes han delinquido. Pero la reinserción es para quienes quieren reinsertarse, y las oportunidades no pueden ser ilimitadas.

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