El Gobierno del PP logró que España fuera un referente económico internacional, con una política de equilibrio presupuestario ejemplar, una creación de empleo impresionante y un crecimiento sin precedentes. Era un orgullo saber que Europa entera admiraba y se admiraba de nuestra buena marcha. El Gobierno del PSOE ha logrado convertir a España en un problema para Europa, en un lastre, en una preocupación. No es para estar orgullosos.
España aporta casi 4,3 millones de parados de los 14,7 millones que hay en la eurozona. Es decir, casi un tercio de los parados de la eurozona son españoles, cuando España sólo representa el 14,8% de la población activa de la eurozona.
Sin España, la tasa de paro de la zona euro bajaría hasta el 7,8%, es decir, bajaría casi dos puntos. Por tanto, España lastra a la eurozona.
Y mientras, el Gobierno sigue negándose a acomenter las reformas que todos le reclaman: las pide CEIM, CEOE, el Banco de España, la Comisión Europea, importantes socialistas como Almunia o Fernández Ordóñez, Taguas, Sevilla... El camino lo marcan las reformas; la recuperación, también. Los errores sólo traen estancamiento.
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