martes, 10 de noviembre de 2009

BLANCO YA NO PUEDE HABLAR DE CORRUPCIÓN

El Ministro de Fomento de lunes a viernes y vocero socialista los sábados y domingos, José Blanco, tiene un problema muy serio: ya no puede divertirse toda la semana buscando la frase más ingeniosa sobre la corrupción. Ahora ya no puede hablar de corrupción, porque ésta corroe a su partido hasta la médula. Sólo el caso Ciempozuelos, debidamente silenciado por la maquinaria censora socialista, importa más dinero que el caso Gurtel. Alguien debería reflexionar sobre por qué, en condiciones idénticas, si un caso es socialista ocupa dos breves, y si es popular millones de portadas y telediarios. Toda corrupción es despreciable. Toda debería ser tratada igual.

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