La Delegada del Gobierno en Madrid no puede actuar como la Delegada del PSOE. Desde que fue nombrada, se ha dedicado a cruzar todas las líneas rojas del respeto institucional, empezando por reunirse antes con Tomás Gómez que con Esperanza Aguirre, elegida democráticamente por los madrileños. Ese es su respeto por éstos y por la propia democracia.
Su actuación posterior ha confirmado esta forma de actuar sectaria y partidista. La deliberada utilización con fines partidistas de sucesivos actos institucionales con presencia ministerial como los celebrados para promocionar el "Plan E", a los que no se invita a participar a los representantes de la Comunidad de Madrid y sí al citado secretario general del PSM, ha profundizado en esta situación.
Lo mismo ocurre con sus constantes declaraciones atacando a la Comunidad de Madrid, con la que tiene que cooperar, no confrontar. Estos constantes ataques han ido acompañados de una intensa labor propagandística de la gestión de Zapatero en Madrid, especialmente meritoria, dada la escasa atención presupuestaria que merece nuestra región al Sr. Zapatero. En resumen: Hay que saber estar en el papel institucional cuando se tienen tan altas responsabilidades. y hasta ahora Amparo Valcarce no ha sabido estar a la altura.
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